Cuando llegué al colegio a las 8:55, ¡No había nadie! Fui a
la biblioteca para comprobar si alguien se encontraba allí. Cuando casi iba a entrar, oí un gran
golpe y me adentré en el peligro. Una masa viscosa vestía la biblioteca de azul. La puerta de
salida de emergencia estaba entreabierta.
Salí de la biblioteca e inspeccioné..., al otro lado, un
pasillo oscuro y profundo. Entré, a lo largo del pasillo se encontraban unos
cuadros horrorosos que te miraban fijamente. Al final de ese pasillo se
encontraba un dormitorio con una cama repleta de sangre.
Volviendo la mirada hacia atrás vi como las
Gemelas se acercaban coordinadas hacia mí. Hui a la clase de música para
refugiarme. Al entrar se hallaba una niña
dándome la espalda. Yo, pensando que era normal le pregunté “¿Estás bien?” Ella giró la cabeza, no el cuerpo. Preso del pánico le lancé una flauta y le grité “Caranchoa.” Fui
corriendo al patio donde me encontré a un monstruo pringoso de color azul con
unos ojos rojos. Cogí un aspirador de hojas y le absorbí.
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